Fertilidad Masculina y Omega-3
La ciencia nos demuestra incesantemente que nuestra salud es el reflejo del estado de nuestras células.
Pero ¿Y si te dijésemos que esto no sólo te afecta a ti?
Pues en efecto, así es. Y es que, de la salud de tus células sexuales, también depende tu fertilidad.
La evidencia científica es concluyente en cuanto a la importancia que tiene la nutrición en la fertilidad. Uno de los nutrientes que son imprescindibles en la fertilidad y la concepción son los Omega-3, y más concretamente en el caso de los varones el DHA (ácido docosahexaenoico).
¿Quieres conocer por qué? En este post te explicamos el por qué, y cómo conseguir que tus espermatozoides sean plenamente funcionales.
El Omega-3, y sobre todo el DHA son esenciales ya en el embarazo… Y antes incluso…
Pues sí, esto es absolutamente cierto ya que el feto requiere de gran cantidad de DHA para la formación del sistema nervioso, desarrollo cerebral y retinal, especialmente durante el tercer trimestre del embarazo [1]. Durante este periodo, el feto obtiene todo este DHA de los depósitos maternos, siendo transferido a través del cordón umbilical y la placenta. El DHA cumple un papel estructural clave en las membranas celulares, y especialmente neuronales del feto, dotándolas la fluidez necesaria para su funcionamiento [2].
Sin embargo, todo este DHA que el feto “extrae” de la madre puede provocar un déficit de DHA materno si no se aumenta el consumo de Omega-3 durante esta etapa, llegado incluso a ocasionar problemas como parto prematuro, preeclampsia o trastornos del neurodesarrollo en el futuro niño. Un metaanálisis reciente concluye que son necesarios al menos 750 mg de DHA y EPA /día durante el embarazo para prevenir déficit de DHA materno y evitar problemas como preeclampsia o parto prematuro [3,4]
La formación de espermatozoides o espermatogénesis necesita DHA para que sean fértiles.
En este punto podríamos pensar que la necesidad de Omega-3 comienza durante el embarazo, pero no sería del todo correcto, ya que para la concepción son necesarios espermatozoides fértiles. La formación de células sexuales masculinas o “espermatogénesis” requiere DHA para su formación y funcionalidad.
Espermatogénesis: Células para las nuevas generaciones
La espermatogénesis es el proceso de formación de gametos sexuales masculinos o espermatozoides que tiene lugar en los túbulos seminíferos de los testículos. Los espermatozoides (al igual que sucede con los óvulos), y a diferencia de cualquier otra célula de nuestro organismo, solo contiene la mitad de la información genética, esto es 23 cromosomas frente a las 23 parejas de cromosomas (46 en total) que tendría cualquier célula somática de nuestro cuerpo [5].
La división celular de la línea germinal se denomina “meiosis”, y es esencial para generar una variabilidad genética casi infinita en los gametos sexuales a la par que reduce a la mitad la cantidad de información genética que portan estas células en dos divisiones meióticas consecutivas. Obviamente, como seguramente sepas, o estarás imaginando, la otra mitad del genoma corre a cargo del gameto femenino: el óvulo. Pero si os parece hablamos de fertilidad femenina en otro post, que hay mucho que decir.
Imagen 1: Esquema gráfico del proceso de espermatogénesis. De izquierda a derecha: sección transversal del testículo mostrando los túbulos seminíferos ampliados; centro: ampliación de la región indicada mostrando las células implicadas en el proceso de espermatogénesis; derecha: proceso de división meiótica a partir de las células primordiales germinales o espermatogonias para formar espermatocitos de segundo orden, espermáticas y posteriormente espermatozoides maduros. Imagen reproducida de [5]
Pero ¿Qué tiene de especial el DHA que lo hace imprescindible para la espermatogénesis?
La morfología de los espermatozoides es bastante caprichosa, estando constituidos por un cuerpo celular o cabeza, con una porción anterior apuntalada denominado “acrosoma”, y un apéndice móvil que permite su locomoción llamada “flagelo” unidos por un cuello (imagen 2).
Imagen 2: morfología y partes constituyentes de un espermatozoide.
La formación del acrosoma en el proceso de la espermatogénesis es dependiente de DHA, ya que este Omega-3 aporta la fluidez de membrana necesaria para su remodelación [6]. Esto se debe al carácter excepcionalmente fluido que confiere el DHA en las membranas, ya que por su elevado número de dobles enlaces (6 instauraciones; 22:6), genera “acodamientos en la molécula”, causando defectos de empaquetamiento en los lípidos que integran la bicapa lipídica de la membrana.
Este efecto estructural se ha puesto de manifiesto en trabajos científicos, habiéndose demostrado que niveles bajos de DHA en varones conducen a un proceso de espermatogénesis defectuoso y una morfología aberrante de estas células [6, 7] que disminuyen su fertilidad.
Pero esta no es la única etapa en la que el DHA es esencial en la fertilidad. Su déficit dificulta la formación del acrosoma haciendo que tengan una morfología aberrante, y también que su recuento sea bajo. Pero es que aún hay más, y es que para su locomoción también es necesario el DHA. Esto es lo que se conoce como “movilidad espermática”.
Infertilidad masculina por baja movilidad espermática
Precisamente la baja movilidad espermática es una de las causas más comunes de infertilidad masculina. En estos casos, los espermatozoides, aunque su recuento y morfología celular sean adecuados, su capacidad de locomoción está disminuida. ¿Cuál es la razón?
Pues una membrana celular “poco fluida” por déficit de DHA en los lípidos constituyentes. Una vez más vemos que se cumple el dogma “estructura-función”, y es que una composición adecuada de los ácidos grasos que forman la membrana de la cola del espermatozoide es precisamente lo que posibilita su desplazamiento.
El DHA tiene un carácter fluidificante en las membranas como hemos comentado previamente. Si se encuentra formando parte de los fosfolípidos que forman esta bicapa en la proporción adecuada, estas membranas tendrán la suficiente flexibilidad y dinamismo para permitir los procesos de locomoción que los espermatozoides necesitan para cumplir con su función.
¿Existen evidencias sólidas acerca de estos beneficios? Por supuesto que sí.
En el año 2018 se publicó un estudio clínico aleatorizado doble ciego con placebo llevado a cabo con 60 hombres astenozoospermicos, de entre 18 y 50 años, que reveló cómo suplementación con DHA durante 3 meses era capaz de revertir la infertilidad masculina por baja movilidad espermática [8]. Para ello, los varones fueron asignados a uno de los siguientes regímenes de suplementación: 0,5g DHA/día, 1g DHA/día o 2g DHA/día o grupo placebo. Los resultados concluyeron que a diferencia del grupo placebo, en el resto de los grupos se restablecía la movilidad espermática, aumentando incluso el recuento de espermatozoides y mejorando incluso la morfología de éstos. De hecho, y aunque en los 3 grupos suplementados con DHA se obtuvieron resultados satisfactorios, la reversión más rápida observada fue en aquellos varones que recibieron la dosis de 2g de DHA diarios.
La razón de la mayor rapidez del efecto en el grupo de mayor dosis (2g DHA/día) evidentemente se debe a una acumulación mayor de DHA en un menor intervalo de tiempo en las células primordiales germinales.
En Resumen:
Con todo lo hasta aquí expuesto, podemos concluir que el Omega-3, y especialmente el DHA, es imprescindible para la espermatogénesis masculina: adquisición de la morfología correcta, recuento espermático y funcionalidad de los espermatozoides.
Sin embargo, la conclusión más esperanzadora, es que la infertilidad masculina puede revertirse en un plazo de tiempo razonable suplementado nuestra dieta en DHA. Para tal fin es fundamental elegir un suplemento de omega-3 de alta concentración y con un índice de oxidación mínimo, que nos aporte al menos 500 mg (recomendable 2g) de DHA diarios.
Bibliografía:
- Basak S, Mallick R, Duttaroy AK. Maternal Docosahexaenoic Acid Status during Pregnancy and Its Impact on Infant Neurodevelopment. Nutrients. 2020 Nov 25;12(12):3615.
- Hishikawa D, Valentine WJ, Iizuka-Hishikawa Y, Shindou H, Shimizu T. Metabolism and functions of docosahexaenoic acid-containing membrane glycerophospholipids. FEBS Lett. 2017 Sep;591(18):2730-2744.
- Middleton P, Gomersall JC, Gould JF, Shepherd E, Olsen SF, Makrides M. Omega-3 fatty acid addition during pregnancy. Cochrane Database Syst Rev. 2018 Nov 15;11(11):CD003402.
- Esmaeili V, Shahverdi AH, Moghadasian MH, Alizadeh AR. Dietary fatty acids affect semen quality: a review. Andrology. 2015 May;3(3):450-61.
- Hosseini B, Nourmohamadi M, Hajipour S, Taghizadeh M, Asemi Z, Keshavarz SA, Jafarnejad S. The Effect of Omega-3 Fatty Acids, EPA, and/or DHA on Male Infertility: A Systematic Review and Meta-analysis. J Diet Suppl. 2019;16(2):245-256.
- González-Ravina C, Aguirre-Lipperheide M, Pinto F, Martín-Lozano D, Fernández-Sánchez M, Blasco V, Santamaría-López E, Candenas L. Effect of dietary supplementation with a highly pure and concentrated docosahexaenoic acid (DHA) supplement on human sperm function. Reprod Biol. 2018 Sep;18(3):282-288.