Los ácidos grasos poliinsaturados omega-3 (PUFA) desempeñan un papel fundamental en el desarrollo y funcionamiento normal del cerebro y sistema nervioso central, el ácido graso condicionalmente esencial ácido docosahexaenoico (DHA) es vital para el desarrollo cerebral prenatal y postnatal.
Ya que el DHA se transfiere directamente al feto durante embarazo, especialmente durante el último trimestre, y se suministra al bebé lactante en la leche materna después del nacimiento. Funcionando exclusivamente a través de las membranas celulares y anclado por moléculas de fosfolípidos, el ácido graso poliinsaturado DHA están involucrado en numerosos procesos que afectan la membrana celular, su fluidez y la regulación genética.
El DHA es el principal ácido graso estructural en la materia gris del cerebro (~ 60%) y la retina del ojo, optimizando la transmisión de señales en estos órganos y el sistema nervioso en general.
Aproximadamente el 50% del peso de una membrana neuronal es DHA.
Se cree que unos niveles adecuados de DHA apoyan:
- Una memoria saludable.
- A la cognición.
- La visión nocturna.
- Un buen estado de ánimo.
El DHA también tiene propiedades que regulan la inmunomodulación y la producción de prostaglandinas antiinflamatorias.
Los estudios que utilizan DHA sugieren que puede desempeñar un papel importante en las enfermedades cardiovasculares, especialmente en lo que respecta a mantener unos niveles saludables de lípidos en la sangre y ayudando a la resistencia al estrés oxidativo.