El aceite de pescado y la vitamina E comparten muchas funciones fisiológicas similares o complementarias, por lo que tomarlos juntos ofrece varios beneficios para la salud.
Beneficios antiinflamatorios
Tomar aceite de pescado y vitamina E juntos ayuda a controlar los niveles de inflamación de su cuerpo, y ambos suplementos ayudan a combatir la inflamación. Normalmente, su cuerpo usa las grasas de sus células para producir químicos inflamatorios, llamados eicosanoides.
Los eicosanoides elaborados a partir de otros tipos de grasas desencadenan una potente respuesta inflamatoria, mientras que los eicosanoides elaborados a partir de ácidos grasos Omega-3 inducen menos inflamación. Como resultado, los niveles más altos de ácidos grasos Omega-3 en su sistema reducen sus niveles generales de inflamación.
La vitamina E combate la inflamación al reducir el nivel de compuestos proinflamatorios en su sistema, y su función antioxidante combate el daño celular que de otro modo induciría la inflamación.
Salud de la piel mejorada
El aceite de pescado y la vitamina E también funcionan en combinación para promover la salud de la piel. Los ácidos grasos omega-3 de la piel ayudan a protegerla del daño solar porque minimizan el daño al colágeno, la proteína destruida por los rayos dañinos del sol.
Las grasas del aceite de pescado también tienen un efecto antiinflamatorio en la piel, lo que puede ayudar a aliviar el enrojecimiento y la irritación. Al igual que el aceite de pescado, la vitamina E previene el daño solar: su acción antioxidante ayuda a neutralizar los radicales libres tóxicos, que se crean como efecto secundario de la exposición al sol, y la vitamina E también ayuda en la cicatrización de heridas.
Función neurológica
Tomar aceite de pescado y vitamina E también promueve una función cerebral saludable. Los ácidos grasos omega-3 del aceite de pescado se incorporan a la materia gris del cerebro, donde forman parte de las membranas de las células cerebrales.
La vitamina E en el cerebro ayuda a proteger estas membranas celulares, porque su función antioxidante protege la grasa en la membrana de la oxidación y el daño celular. Mantener niveles saludables de ácidos grasos Omega-3 ayuda en la función cerebral, mientras que unos niveles bajos pueden dificultar el aprendizaje.
La vitamina E también afecta la función cognitiva: los niveles bajos están relacionados con la mala memoria.