Hace aproximadamente dos semanas se publicaron los primeros resultados del estudio clínico hasta ahora más importante en el campo de la investigación de omega-3. Es el estudio conocido bajo el nombre “REDUCE-IT». En este estudio, se administró una dosis diaria de 4 g de EPA (ácido eicosapentaenoico, ácido graso omega-3) durante 4,9 años a 8,179 pacientes de varios países, todos con un alto riesgo cardiovascular y todos ya bajo tratamiento con estatinas para controlar sus niveles de LDL- colesterol elevado. Se determinó si el ácido graso omega-3 EPA, a pesar de la terapia con estatinas, podría reducir el riesgo cardiovascular de estos pacientes. El resultado es asombroso: el grupo de pacientes que tomaron el ácido graso omega-3 EPA, además de su tratamiento con estatinas, redujeron su riesgo de sufrir un evento cardiovascular fatal (ataque cardíaco, accidente cerebrovascular, etc.) un 25%. Más resultados de este estudio se anunciarán el 10 de noviembre de 2018 durante el Congreso de la Asociación Americana de Corazón (AHA) en Chicago, EE. UU.
El resultado de este estudio REDUCE-IT es un punto clave en la investigación médica sobre los efectos del omega-3 para nuestra salud cardiovascular. Durante los últimos 30 años se han publicado cientos de estudios pequeños sobre los ácidos grasos omega-3 y sus efectos positivos sobre nuestro corazón. Sin embargo siempre había algunas dudas – había muchos profesionales que simplemente no podían creer que un producto tan “natural” como los ingredientes del aceite de pescado pudieran tener efectos tan positivos para nuestra salud. Siempre faltaba un estudio clínico con evidencia estadística más que significativa, que confirmase sin género alguno de dudas aquello a lo que apuntaban la gran mayoría de los estudios anteriormente realizados… con miles de pacientes, en varios países y durante muchos años para convencer a este grupo de profesionales. Con el estudio “REDUCE-IT” estas últimas dudas han sido eliminadas. Finalmente, se ha proporcionado evidencia clara de que el ácido graso omega-3, EPA, proporciona una reducción del riesgo cardiovascular muy clara de un 25%, sin ningunos efectos secundarios. LIPITOR (de Pfizer) por ejemplo, mostraba una reducción parecida (20-25%), pero con un 6% de efectos secundarios.
Se sabe por muchos otros estudios publicados en el pasado, que necesitamos al menos 1 – 2 g de EPA + DHA por día, para conseguir una buena protección cardiovascular, para conseguir efectos antinflamatorios, antidepresivos y mantener una función del cerebro normal. Los ácidos grasos omega-3 EPA y DHA se encuentran casi exclusivamente en el pescado azul (sardinas, arenques, anchoas, salmón, atún, …) y en suplementos dietéticos omega-3. Para los suplementos de omega-3, se debe prestar atención a la biodisponibilidad de los ácidos grasos omega-3, la calidad del aceite en cada cápsula y la concentración de EPA y DHA (en mg por cápsula). Los ácidos grasos omega-3 en forma de triglicéridos (“TG») tienen una mayor biodisponibilidad para nuestro cuerpo que los éster etílico («EE») utilizados en el estudio “REDUCE-IT”. Sin embargo, la peor biodisponibilidad es compensada por una alta dosis, de 4 g de EPA-EE (96.5%) al día.