La inflamación es una respuesta natural adaptativa de nuestro organismo para defenderse de agresiones externas permitiendo la rápida activación del sistema inmunitario. Podríamos asemejarlo a una “función de alarma” de nuestro organismo. Sin embargo, muy comúnmente el término inflamación suscita una percepción negativa de este proceso debido a sus síntomas.
Sin ir más lejos, si por la mañana te levantas con dolor cervical, padeces contracturas musculares o has sufrido recientemente una lesión deportiva es difícil no pensar en ponerle solución.
¿Quieres saber como corregir todo esto? En este artículo os traemos la solución.
La siguiente generación de Omega-3 ¿Inflamación necesaria? Sí, pero bajo control
La inflamación posibilita la movilización de células del sistema inmunitario a los focos de infección o daño para eliminar los agentes causantes de la inflamación. Es por tanto una respuesta temporal y controlada necesaria para recuperar el equilibrio en nuestro cuerpo. O al menos es así como debería funcionar si todo va bien. El problema está cuando la inflamación no cesa y se intensifica: “una alarma que sube de intensidad y no se apaga”. ¿Por qué?
El desequilibrio latente de Omega-6/Omega-3 en la inflamación crónica
Muchas enfermedades y alteraciones que ponen en jaque nuestra salud se caracterizan por una inflamación crónica patológica, y con frecuencia de muy alta intensidad, normalmente con un componente de dolor persistente asociado. ¿Por qué se produce? Y lo más importante, ¿cómo podemos evitarlo? Sigue leyendo que te damos las claves a continuación.
La respuesta inflamatoria y su resolución están orquestadas, entre otros, por derivados de los ácidos grasos pollinsaturados de las familias Omega-6 y Omega-3, concretamente por del ácido araquidónico (AA; Omega-6) y Eicosapentaenoico (EPA) y Docosahexaenoico (DHA) de los Omega-3. En este punto seguro que has oído hablar en redes, artículos o nutricionistas sobre la alimentación antiinflamatoria, y ciertamente hay una buena base científica.
Estos ácidos grasos se reparten las funciones de amplificación y propagación de la inflamación, a cargo del AA, mientras que los Omega-3 y sus moléculas derivadas conocidas como “SPMs” (del acrónimo traducido del inglés, mediadores especializados en la resolución de la inflamación) están al cargo de su extinción exitosa (figura 1).
Figura 1: Esquema simplificado de los ácidos grasos Omega-6 y Omega-3 como precursores de mediadores proinflamatorios y antiinflamatorios en la respuesta inflamatoria del organismo.
Entonces ¿Por qué se produce la inflamación crónica?
Pues como comentábamos, por un desequilibrio en estos ácidos grasos, concretamente un exceso de ácido araquidónico, y un déficit de DHA y EPA, así como de las moléculas SPMs derivadas de éstos.
Sin embargo, una vez finaliza la causa que inició esta alarma de la inflamación es el turno del restablecimiento de la normalidad u homeostasis. Es aquí donde entran en juego los Omega-3 EPA y DHA y sus moléculas derivadas “SPMs”, que incluyen resolvinas, maresinas y neuroprotectinas, además de sus moléculas intermediarias: 17-HDHA, 14-HDHA y 18-HEPE.
Estas moléculas se sintetizan a demanda en las células a partir del EPA y DHA, y rápidamente (en cuestión de horas o pocos días) consiguen sofocar la respuesta inflamatoria, e incluso participan activamente en la regeneración de tejidos dañados por la inflamación a la par que inducen analgesia gracias a sus efectos antinociceptivos (véase figura 2).
¿Por qué entonces se produce la inflamación crónica? Pues sencillamente debido a la carencia de estas moléculas “SPMs” y/o de los Omega-3 EPA y DHA de los que se derivan.
De hecho, dietas muy deficientes en estos nutrientes se correlacionan con mayor prevalencia de este tipo de patologías inflamatorias, mientras que un mayor consumo de Omega-3 o una suplementación directa con Omega-3 y SPMs previenen este tipo de patologías.
Figura 2: Gráfico con el curso temporal de la aparición de la inflamación (edema), respuesta inflamatoria (amplificada por los neutrófilos) y resolución de la inflamación por los macrófagos y lipoxinas y SPMs:. Imagen reproducida de: Mohammad-Rafiei F, et al. (2024). Cell Biochem Biophys.; 82(1):53-65.
¿Cuándo debemos tomar Omega-3 con alto contenido en SPMs?
Esta es la pregunta del millón ya que, a priori, si consumimos en la dieta las cantidades necesarias de Omega-3 su presencia no sería necesaria, ¿no? Bien, pues veamos en qué casos cobran mayor relevancia.
En primer lugar hemos de tener en cuanta que la inflamación se retroalimenta, por lo que si no se extingue, aumenta de intensidad como un fuego que se propaga sin control. Un buen ejemplo de ello lo encontramos en las enfermedades de carácter autoinmune como son los casos de tiroiditis de Hashimoto, artritis reumatoide, lupus eritematoso o psoriasis entre otras muchas, donde la intensidad va creciendo ocasionando cada vez más daño a los tejidos.
En este sentido, si las células de nuestro organismo no disponen de las materias primas para sintetizar estos SPMs, recordemos, los Omega-3 EPA y DHA, esta inflamación entra en un círculo vicioso. Por esta razón, y especialmente en situaciones donde además no hay un consumo suficiente de Omega-3 en la dieta, es prioritario aportar los metabolitos resolutivos de la inflamación, que son los precursores directos en nuestro organismo de resolvinas, maresinas y protectinas.
Nuestras células están diseñadas para ejecutar la resolución de la inflamación
Estas moléculas se sintetizan rápidamente a partir del 17-HDHA, 14-HDHA y 18-HEPE, uniéndose a receptores de la superficie celular y poniendo en marcha la maquinaria conducente a sus efectos. Vemos por lo tanto que nuestras células estan específicamente adaptadas a responder a estas moléculas SPMs fisiológicas, como un modelo llave-cerradura.
Omega-3 enriquecido en SPMs en inflamación crónica y/o de alta intensidad…
Por lo tanto, el consumo de un Omega-3 altamente enriquecido en SPMs estaría recomendado en los casos en los que haya una inflamación crónica y/o de alta intensidad, así como enfermedades autoinmunes, metabólicas como obesidad o diabetes tipo 2, infecciones respiratorias, asma o cáncer entre otras.
Pero no solamente en estos casos, y es que igualmente cuando hay un dolor inflamatorio puede ser una estrategia inteligente. Claros ejemplos donde podemos aplicar esto es en contracturas musculares, lesiones deportivas, artrosis por mencionar solo algunos. Esto se debe a que algunas de las moléculas que componen estas SPMs, como el 17-HDHA tiene efectos antinociceptivos, esto es, son capaces de inducir analgesia silenciando las vías nerviosas que informan del dolor. Por esta razón igualmente puede utilizarse en post-operatorios, dolor neuropático como migrañas y neuralgias post-herpéticas y un largo etc.
Efectos y beneficios palpables en días y pocas semanas
Sin duda otra de las preguntas estrella, y es que al igual que cualquier tratamiento, el paciente siempre busca el efecto mayor, más seguro y en el menor tiempo posible.
Precisamente esto es lo que buscan suplementos como “Pro-Resolving Mediators” de Puro Omega, acelerar el proceso de resolución de la inflamación crónica desencadenado por los Omega-3 gracias al aporte directo de estas moléculas SPMs.
¿Durante cuánto tiempo hemos de tomar Omega-3 enriquecido en SPMs?
Aunque muchos de los beneficios ya son palpables en cuestión de días o pocas semanas, se recomienda que se consuma durante al menos 6 semanas para garantizar que la respuesta inflamatoria se ha extinguido en su totalidad y se ha restablecido la homeostasis. De hecho, este periodo de 6 semanas es el tiempo que muchos ensayos clínicos han evaluado con éxito.
Transcurrido este lapso de tiempo es importante continuar con una dieta enriquecida en Omega-3, así como reforzarlo con otros suplementos que nos aporten Omega-3 de calidad (con alta concentración y en formato triglicérido especialmente). Esto nos ayudará a prevenir en un futuro nuevos brotes de inflamación descontrolada.
¿Y cuando la inflamación es producida por una enfermedad autoinmune?
Esta situación requiere una consideración especial, ya que en el caso de enfermedades autoinmunes la causa es difícil o incluso imposible de erradicar. Personas que padecen enfermedades como esclerosis múltiple, miastemia gravis, psoriasis, artritis reumatoide, espondelitis anquilosante, etc conviven con los síntomas durante mucho tiempo, pero, ¿y si te dijésemos que es posible mejorar la calidad de vida e incluso disminuir el número de brotes?
Pues ciertamente así es, aunque los beneficios pueden tardar un poco más en consolidarse. En estos casos el consumo de productos ricos en SPMs ha de mantenerse más tiempo, al menos hasta observar una remisión importante de los síntomas y marcadores de inflamación, y siempre asegurando una buena base nutricional de Omega-3 EPA y DHA, y vitamina D.
¿Puedo tomar Omega-3 enriquecido en SPMs en caso de lesión o dolor?
Desde luego que sí. Recordemos que se trata de moléculas completamente fisiológicas que nuestro organismo debería ser capaz de producir en condiciones normales.
En este sentido, Pro-Resolving Mediators de Puro Omega es un producto que ayuda a la recuperación de lesiones, como por ejemplo en deporte, contracturas, inflamación de articulaciones, neuralgias, pero también a la cicatrización de las heridas y cuidado de la piel. Esto se debe al refuerzo de la acción pro-resolutiva de la inflamación, la inducción de analgesia en el caso del dolor, y la capacidad intrínseca de estas moléculas para promover la regeneración y reparación de tejidos dañados por la inflamación y o en caso de lesiones.
Estos mismos beneficios se han puesto de manifiesto en dolor de articulaciones como rodillas, artrosis o artritis reumatoide entre otros con resultados muy satisfactorios.
De la misma manera puede utilizarse con estos fines en problemas de inflamación cutánea, donde además reduce el eritema, como es el caso de psoriasis y dermatitis, y promueve la regeneración de tejidos dérmicos recuperando el aspecto natural de la piel y la luminosidad.
Cómo tomar Pro-Resolving Mediators (Omega-3 con SPMs)
Pro-Resolving Mediators es un producto de Puro Omega que nos aporta todos estos beneficios con la máxima seguridad y eficacia. Tomar 2 perlas al día de Pro-Resolving Mediators con la comida hará que en cuestión de pocos días se resuelva la inflamación y dolor de forma natural, a la vez que se consolidan el refuerzo de nuestras defensas en la prevención de futuras infecciones y afecciones inflamatorias.
Conclusiones sobre las SPMs combinadas con Omega-3
El consumo de un suplemento de Omega-3 enriquecido en SPMs como Pro-Resolving Mediators cobra especial sentido en situaciones de inflamación y dolor crónico, lesiones deportivas musculares y articulares, así como problemas metabólicos y cardiovasculares.
Gracias al refuerzo directo de las moléculas SPM se consigue estimular la resolución natural de la inflamación en tiempos más cortos de horas-días, produciendo además analgesia y favoreciendo la cicatrización de heridas y regeneración de tejidos dañados por la inflamación.
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