Existen nutrientes que correctamente combinados se potencian entre sí, provocando una sinergia muy interesante para la salud humana. Es el caso de los Omega-3 y los arándanos; juntos multiplican sus beneficios. Un reciente estudio así lo sugiere: la antocianina, el antioxidante natural más potente y que predomina en los arándanos, mejora la función de los ojos, el corazón y el cerebro; los órganos donde los Omega-3 tienen un papel destacado.
¿Por qué necesitamos antioxidantes?
Para el ser humano respirar es fundamental, sin oxígeno no habría vida. Cuando nuestro cuerpo transforma el oxígeno en energía, genera una serie de sustancias llamadas radicales libres que, si no controlamos, pueden conducir al deterioro de la membrana celular, a la degeneración proteica, a la peroxidación lipídica y finalmente a la autodestrucción y muerte celular. Los radicales libres están presentes tanto en las células de organismos como en el ambiente y, cuando se produce un desequilibrio en el cuerpo por un aumento desmesurado de radicales libres, hablamos de estrés oxidativo. La exposición prolongada a altos niveles de radicales libres ha sido relacionada con el desarrollo o aceleración de varias disfunciones y enfermedades, como la enfermedad de Parkinson, el Alzheimer, la esclerosis múltiple y la esclerosis lateral amiotrófica, las enfermedades cardiovasculares, la inflamación, diabetes tipo II, cánceres de mama, colon y próstata, pancreatitis y enfermedades hepáticas, entre otras.
Aquí es donde entran en juego los llamados antioxidantes, que tienen como función eliminar los radicales libres antes de que éstos puedan producir daño a nuestro cuerpo, y en caso de que lo haya producido intentar repararlo. El cuerpo humano posee naturalmente agentes antioxidantes endógenos como las enzimas oxidorreductasas, y agentes como el glutatión; que se encuentran presentes en el hígado, las plaquetas, los leucocitos, la sangre, la médula ósea, las mucosas y el riñón. También existen antioxidantes exógenos que se encuentran en los alimentos en forma de carotenos (tomate, papaya, zanahoria), vitamina C (naranja, kiwi, fresa) y E (almendra, espinacas, aceite de oliva), y polifenoles como las antocianinas (arándanos, granada, boniato morado).
¿Qué tienen de particular los arándanos?
Para el ser humano respirar es fundamental, sin oxígeno no habría vida. Cuando nuestro cuerpo transforma el oxígeno en energía, genera una serie de sustancias llamadas radicales libres que, si no controlamos, pueden conducir al deterioro de la membrana celular, a la degeneración proteica, a la peroxidación lipídica y finalmente a la autodestrucción y muerte celular. Los radicales libres están presentes tanto en las células de organismos como en el ambiente y, cuando se produce un desequilibrio en el cuerpo por un aumento desmesurado de radicales libres, hablamos de estrés oxidativo. La exposición prolongada a altos niveles de radicales libres ha sido relacionada con el desarrollo o aceleración de varias disfunciones y enfermedades, como la enfermedad de Parkinson, el Alzheimer, la esclerosis múltiple y la esclerosis lateral amiotrófica, las enfermedades cardiovasculares, la inflamación, diabetes tipo II, cánceres de mama, colon y próstata, pancreatitis y enfermedades hepáticas, entre otras.
Unas pequeñas bayas de color azul oscuro o rojo, y de sabor dulce con un toque ácido, son consideradas una de las frutas más saludables. Su composición y valor nutricional son muy valiosos para nuestra salud. Estudios realizados en la Universidad de Clemson y el Departamento de Agricultura de Estados Unidos califican al arándano como el alimento de mayor poder antioxidante entre 40 vegetales analizados. Este poder antioxidante es debido a la acción combinada de sus ácidos orgánicos y las 15 antocianinas que les confieren su peculiar color (entre las que destacan la mirtilina, la cianidina, la definidina, la malvidina, la peonidina y la petunidida). Además, contienen flavonoides y taninos, y una amplia diversidad de minerales esenciales como el manganeso, vitamina C y varias vitaminas del grupo B. Además, según el Food and Drug Administration (FDA), el arándano es un alimento libre de grasas y sodio.
- Buenos para el corazón: Un reciente estudio demuestra que 200 gramos de arándanos cada día durante 4 semanas mejoran la función de los vasos sanguíneos y reduce la presión arterial sistólica en personas sanas. La investigadora principal del trabajo, la Dra. Ana Rodríguez-Mateos, del Departamento de Ciencias de la Nutrición del King’s College de Londres subrayó que “si los cambios que hemos observado en la función de los vasos sanguíneos después de comer arándanos todos los días pudieran mantenerse durante toda la vida de una persona, podríamos reducir el riesgo de desarrollar enfermedad cardiovascular hasta en un 20%«. Este es un resultado importante ya que el efecto observado de los arándanos es equivalente al efecto de medicamentos antihipertensivos. Este beneficio para la salud ya se conoce desde hace muchos años e incluso ha sido estudiado a varios niveles, pero es básico su comprobación y confirmación bajo el prisma del método científico. Además, diversos estudios muestran que el consumo de arándanos tiene efectos positivos en el síndrome metabólico, una peligrosa combinación de obesidad, glucosa alterada, colesterol alto, triglicéridos y presión elevada, y que es un factor de riesgo cardiovascular.
“200 gramos de arándanos cada día reducen la presión arterial sistólica”
- Protegen nuestros ojos: la influencia de los antioxidantes en los procesos oculares ha tomado en los últimos años una relevancia importante por sus efectos en la salud visual. Las células fotorreceptoras y las células epiteliales pigmentarias de la retina están expuestas a condiciones adversas que desencadenan la formación de radicales libres. El estrés oxidativo es un factor implicado en el desarrollo de las principales patologías tales como cataratas, glaucoma y degeneración macular asociada a la edad (DMAE). El extracto de arándanos previene el deterioro de las células nerviosas de la retina, favoreciendo también el flujo sanguíneo lo que aporta un mayor caudal de nutrientes al ojo. Además, previene la inflamación de la retina y las cataratas y presenta un efecto inhibitorio frente a la angiogénesis ocular.
“Los arándanos reparan las lesiones que se producen en los ojos causadas por acción de los radicales libres”
- Mejoran la memoria: La producción de radicales libres aumenta con la edad, y no ayuda que algunos mecanismos de defensa endógenos pueden disminuir con el paso de los años. Está demostrado que la alteración del equilibrio entre radicales libres y antioxidantes desemboca en daño celular que, junto con el aumento de la edad, conducen a enfermedades neurodegenerativas (ataxia o demencia). Las antocianinas de los arándanos ayudan a mantener la integridad estructural y funcional de las células del sistema nervioso. Según un estudio llevado a cabo en la Escuela de Medicina de Harvard, las personas mayores que ingieren habitualmente esta fruta son menos propensas a sufrir de deterioro cognitivo.
“las personas mayores que ingieren habitualmente esta fruta son menos propensas a sufrir de deterioro cognitivo”
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Los ácidos grasos poliinsaturados de cadena larga (AGPI-CL) se encuentran en alta concentración en los fosfolípidos de membrana, siendo objetivos primarios del daño oxidativo causado por peroxidación lipídica. Por ello, actuar en el foco del problema es la solución. Los Omega son ácidos grasos poliinsaturados que mantienen la integridad estructural y funcional de las membranas celulares, siendo necesarios para la salud humana. Se pueden clasificar de la siguiente forma: los omega-6, como el ácido araquidónico, que son derivados del ácido linoleico, y los de la serie Omega-3, que derivan del ácido alfa-linolénico y que, a su vez, incluyen el ácido eicosapentaenoico (EPA) y el ácido docosahexaenoico (DHA), siendo éste, el DHA, primordial en el desarrollo del cerebro y la retina. Además, está implicado en varias funciones, como la memoria y la neuroprotección. La mayoría de los complementos alimenticios altamente concentrados de DHA y EPA del mercado son formulaciones en forma de esteres etílicos (EE). El formato EE es necesario para concentrar los ácidos grasos DHA y EPA. El siguiente paso, opcional y que requiere mayor inversión en el proceso de extracción, es la transformación de EE en rTG (Triglicéridos reesterificados). Está demostrado que la biodisponibilidad de rTG es mucho mayor que EE. La combinación única de Omega-3 y arándanos permite una biodisponibilidad máxima de ambos nutrientes; gracias a que los Omega-3 se encuentran naturalmente presentes en las membranas celulares (en forma de triglicérido “rTG”), asegurando así el aporte de antocianinas para mantener un funcionamiento celular óptimo, ya que aporta antioxidantes necesarios para actuar de forma efectiva frente a diversas afecciones oculares, nerviosas, cardiovasculares y cerebrales.
“La suplementación con Omega-3 y arándanos produce un potente efecto sinérgico, ya que los Omega-3 llevan al lugar de acción las antocianinas de los arándanos, aumentando así el flujo de antioxidantes en el lugar que más lo necesita: ojos, cabeza y corazón”.
Desde Beps Biopharm, una empresa con una trayectoria de más de 20 años en el mercado de Omega-3 y reconocida internacionalmente por la calidad de nuestros productos, os ofrecemos suplementos de Omega-3 de alta calidad. En especial, para mejorar la función visual, prevenir los desórdenes cardiometabólicos y mantener la integridad estructural y funcional de las células del sistema nervioso, hemos creado una combinación única, Premium DHA Vision & Memory, que combina los beneficios de los Omega-3 con los del extracto de arándanos.
Composición: 1 perla de Premium DHA Vision & Memory contiene:
- 0,494g DHA
- 0,114g EPA
- 0,240g Extracto de arándano (Vaccinium myrtillus) con un 36% de antocianinas.
Beneficios: Premium DHA Vision & Memory contribuye a:
- Mejorar la función visual
- Proteger las células fotorreceptoras de la retina
- Inhibir la producción de radicales libres
- Prevenir y proteger contra los desórdenes cardiometabólicos
- Mantener la integridad estructural y funcional de las células del sistema nervioso