La presencia de ácidos grados Omega-3 en el organismo está asociada con un mayor rendimiento deportivo.En este artículo del blog explicamos los mecanismos fisiológicos que explican esto. Básicamente, existe una asociación estadísticamente significativa entre la intensidad de la inflamación celular producida tras un ejercicio intenso y el nivel de Omega-3 presente en el organismo (EPA y en menor medida DHA). La presencia de estos ácidos grasos en el organismo aumenta la concentración de grasos poliinsaturadas en las paredes celulares, dotando a las células de mayor elasticidad, resistencia a la rotura y por lo tanto reduciendo la incidencia y gravedad de lesiones musculares tras la práctica deportiva intensa.
¿Qué estudios soportan estas afirmaciones? Hoy vamos a centrarnos en un estudio realizado por nuestro Presidente Peter Lembke en coautoría con varios científicos de prestigio internacional publicado en la revista Journal of Sports Science and Medicine -Lembke et all (2014), revista indexada internacionalmente.
En dicho estudio se muestran los resultados de un estudio clínico realizado con el objeto de medir la asociación entre el nivel de Omega-3 en los tejidos (N3) y la calidad de vida de adultos jóvenes saludables tras realizar un ejercicio físico intenso. Para asegurar la distinta concentración de Omega-3 en el grupo experimental y en el grupo de control, se suplementó con Omega-3 la dieta del grupo experimental durante 30 días previos a la práctica del ejercicio. Tras la realización del ejercicio intenso, se midieron distintas variables en un periodo de 24, 48, 72 y 96 horas: proteína C reactiva (CRP) y Creatina kinasa; nivel de lactosa en sangre (medida tras el ejercicio); nivel de extensión y torsión muscular; medidas funcionales del dolor muscular de aparición tardía DOMS (agujetas en lenguaje común); calidad de vida, medida a través del cuestionario de perfiles de estado de ánimo (POMS). Los principales resultados son:
- Existen diferencias significativas en la reducción del dolor muscular en las 72 y 96 horas tras la práctica del ejercicio físico en los sujetos con un mayor nivel de Omega-3 (en el siguiente gráfico se marca con * cuando existen diferencias estadísticamente significativas).
- No se evidencian diferencias significativas en la extensión o fuerza entre el grupo experimental y el grupo de control.
- Existen diferencias significativas en el nivel de lactosa en sangre, y una mejora en la estabilidad emocional reflejada en el cuestionario POMS en las 72 horas tras el ejercicio, así como una tendencia hacia dicho efecto tras 96 horas (en el siguiente gráfico se marca con * cuando existen diferencias estadísticamente significativas).
- No se evidencian diferencias significativas en creatina kinasa.
- No se evidencia efecto negativo alguno asociado al consumo de Omega 3.
Entre los principales resultados, destacamos la disminución del dolor muscular en aquellas personas que tenían un mayor índice de concentración de Omega-3 en sangre. Este menor dolor podría deberse a una mayor concentración de ácidos grasos Omega-3 en las paredes celulares, que provocan una mayor elasticidad, flexibilidad y un menor riesgo de daño físico al tejido muscular durante el ejercicio. También destacamos la ausencia de ningún episodio de efecto adverso en ningún sujeto, lo que apoya la seguridad de la suplementación dietética basada en productos de alto contenido en Omega-3.
Este estudio no hace sino seguir las línea de investigación sugeridas por diversos estudios que ya apuntaban en el mismo sentido, como el realizado por Mickleborough (Mickleborough, 2013) ; en este estudio, que realiza una extensa revisión bibliográfica de los estudios científicos previos que tratan la asociación entre el Omega-3 y el daño muscular, la inflamación y los efectos metabólicos, analiza de forma específica la asociación entre el rendimiento en la práctica del ejercicio físico y el Omega-3, concluyendo la necesidad de realizar estudios adicionales como el realizado por Peter Lembke et al. ante las evidencias obtenidas de los efectos de los ácidos grasos en estudios previos. En este estudio no se realiza una recomendación categórica sobre la dosis recomendada en el caso de atletas, si bien se citan estudios que recomiendan una dosis de 1-2 gramos /día.
Referencias bibliográficas:
Lembke et all (2014). Influence of Omega-3 (N3) Index on Performance and Wellbeing in Young Adults after Heavy Eccentric Exercise. Journal of Sports Science and Medicine, 13, 151-156.
Mickleborough, 2013. Omega-3 Polyunsaturated Fatty Acids in Physical Performance Optimization. International Journal of Sport Nutrition and Exercise Metabolism, 2013, 23, 83-96